Si tu panza se hincha constantemente o sientes molestias digestivas después de casi cualquier comida, es una señal de que tu cuerpo te está tratando de decir algo. No siempre se trata de que comiste algo “pesado” o de que solo fue mala suerte.
La inflamación abdominal es cuando el intestino se llena de aire o líquido, provocando esa sensación de hinchazón, presión y pesadez. En sí, no es una enfermedad, sino un síntoma de que algo en tu sistema digestivo no está funcionando como debería.
Causas más comunes de la inflamación abdominal
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Alimentos difíciles de digerir: Algunos alimentos son más propensos a generar gases y fermentar en tu intestino, incluso si son saludables. Entre los más comunes están las leguminosas (como frijoles, lentejas y garbanzos), las verduras crucíferas (como brócoli y coliflor) y las bebidas carbonatadas.
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Intolerancias o sensibilidades: No todas las personas procesamos los alimentos igual. Si tienes intolerancia a la lactosa, tu cuerpo no digiere bien el azúcar de la leche. También puedes tener sensibilidades al gluten o a otros alimentos que, aunque sean “saludables”, pueden detonar una reacción en tu cuerpo que te inflama.
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Microbiota intestinal desequilibrada: Tu intestino está lleno de bacterias buenas que te ayudan a digerir y absorber nutrientes. Si hay un desequilibrio (disbiosis), aparecen síntomas como inflamación, diarrea o estreñimiento.
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Estrés y ansiedad: El estrés no solo afecta tu mente, también tu estómago. Eleva hormonas como el cortisol que alteran la digestión y favorecen la inflamación.
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Síndrome de intestino permeable: Cuando la barrera intestinal se debilita, aparecen “huequitos” por los que sustancias dañinas se escapan a tu sangre, activando una respuesta de inflamación y molestias digestivas.
¿Qué hacer si siempre estás inflamado?
Si la inflamación se ha vuelto parte de tu rutina, es momento de tomar acción.
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Sé un detective: Lleva un diario de lo que comes y cómo te sientes después para identificar patrones.
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Cuida tus hábitos: Come más despacio, mastica bien y reduce el consumo de azúcares o ultraprocesados.
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Busca ayuda profesional: Si la inflamación es frecuente, lo mejor es apoyarte en un especialista.
En nutriADN contamos con pruebas avanzadas que te ayudan a entender qué alimentos o factores están afectando tu digestión, para dejar de adivinar y atacar el problema desde la raíz.
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